Descubriendo la Jurassic Coast

Esta fue de las últimas escapadas del curso, y nos fuimos a unas 3 horas al sur de Londres. Fue express y nos centramos en la zona este. Así que volvería para visitar la Costa Jurásica con más tiempo y aprovechar para saborear los distintos pueblecitos y rutas de ésta, declarada Patrimonio de la Humanidad, con más calma. Ya que los ciento cincuenta y pico kilómetros que la forman da para largos paseos con fascinantes vistas desde Exmouth hasta Old Harry Rocks.

 

Lo que vimos superó las expectativas y eso que, con el inusual verano que hemos tenido en la isla este año, todo estaba bastante lleno. Y no, no encontramos los famosos fósiles que tanto caracterizan este área debido a cómo se ha visto afectada, y vivida, durante el paso de los años. Pero disfrutamos todo lo que conocimos.

De Londres nos dirigimos a Lulworth Cove, un pueblito costero debajo de acantilados desde el que empiezan bonitas rutas sobre estos a lo largo de toda la costa. Perdimos la mesa que teníamos reservada en Lulworth Lodge, pero repusimos fuerzas con bocata en un pequeño establecimiento enfrente del mar defendido por los acantilados, boat Shed Cafe. El pueblito no tiene mucho, pero la calle que baja al mar es para enmarcar: un par de hotelitos, un cottage, un tea room, una pequeña pescadería, el verde del campo y un pequeño lago. El postre lo tomamos en The Dolls House, como no podía ser de otra forma.

Desde allí nos dirigimos por los caminos ya establecidos hacia Durddle Door, un paseo largo, bonito, de contrastes y algo costoso para los niños (por sus desniveles) pero que sin duda nos dejó con la boca abierta en más de una ocasión. Media hora larga nos llevó el recorrido hasta el icónico e impactante arco, pero lo pasamos muy bien entre vacas pastando a nuestra vera y el mar. La playa estaba bastante concurrida pero aún así nos metimos en el mar e hicimos las fotos de rigor 😉 Bastante fresca el agua y hubiese sido mejor hacerlo con escarpines pero era la tarde-noche de San Juan, así que no había excusa para no hacerlo. Ese baño bien se quedará en la memoria.

Y deshicimos el camino andando para luego ir en busca del único inn, lodge, hostel, b&b, hotel, room, airbnb, cottage… disponible (y asequible) que encontré en la zona. No hay mucha oferta y por el verano que llevábamos estaba todo hasta los máximos, me tocó hacer buena búsqueda y al final di con un pub con habitaciones (ya un clásico de nuestras escapadas) no muy lejos (de hecho más cerca de lo que en Google parecía) de donde estábamos.

 

Las estancias en los pubs tienen su aquel, más cálidas que los hoteles, donde llegas a conocer a la gente y la vida del pueblo o zona ya, que solemos acabar cenando en ellos (porque es estos pueblecitos del campo no hay mucha oferta más). Y allí se congregan la mayoría de los “locals”. Parece que estén todos cortados por el mismo patrón, las habitaciones y pubs suelen parecerse mucho en estilo y decoración: baños más clásicos, sillones de telas de flores o escocesas, moqueta, muebles decapados… en fin, a mi me gustan y son bastante acogedores.

A la mañana siguiente ya nos encaminamos hacia las Old Harry Rocks, un paseo entre el campo y la playa muy apetecible. Para una vez en el límite contemplar las vista sal mar y con el recorte de estas rocas y acantilados blancos producido por el paso de los años. Fuimos con el carrito y se llega fácilmente. Y, de nuevo, desde aquí vuelven a arrancar caminos para pasear toda esta costa. Nosotros nos volvimos y repusimos fuerzas en un chiringuito orgánico que encontramos en la playa, pero hay varios pubs en las carreteras de esta zona.

Conduciendo pasamos por Corfe Castle, uno de esos castillos mantenido en ruinas que tanto nos gusta visitar, para después llegar a The Etches Collection, museo promovido por el mismo Etches, entusiasta y vecino de la zona que muestra toda la colección e historia de los fósiles que ha ido recogiendo. Es pequeñito, con actividades para niños y se aprende más del vídeo que reproducen que de lo que contiene, creo que recordar por ello que la entrada me pareció un poco cara. El pueblito es precioso, eso sí.

Y desde aquí, vuelta a Londres y otra bonita historia para recordar de Inglaterra.

¿Qué otros sitios nos recomendáis?